LAS NUEVAS LAPIDAS QUE APARECERAN EN LOS CEMENTERIOS

Esta Sección será dedicada aquellos personajes del mundo del cine que hayan fallecido durante los últimos días. Se tratará exclusivamente de elementos que reúnan aspectos interesantes y destacados de su trabajo específicamente cinematográfico. 


ROGELIO HERNÁNDEZ (1930/2012), Actor y director de doblaje. 

Pese a tener que valerse de un determinado histrionismo, fue uno de los actores de doblaje más competentes de su profesión. Perteneciente a la segunda generación de dobladores, la más rica y fecunda, entre actores y actrices de su historia, Rogelio Hernández alcanzó un reconocimiento muy merecido. Dotado de un timbre de voz reconocible y excepcional, Rogelio Hernández prestó la voz a actores como Paul Newman (Antes fue su voz española Ángel María Baltanás), Marlon Brando (Extraordinario, también, Juan Luis Suari, en Julio César), Peter O’Toole (Respetando opiniones, la mejor adecuación actor original/doblador), Michael Caine, Jack Nicholson y tantos otros. Recurriendo a la memoria, he llegado a contar más de doscientos actores distintos que han tenido su voz castellana. Fue un actor de doblaje muy productivo, por su versatilidad interpretativa, su correcta dicción y su agilidad para trabajar los takes. Era rápido y efectivo. Otro aspecto a reseñar, sin duda, es el hecho que fuera el actor de doblaje más mediático de todos los de su profesión. Sabía venderse en la prensa, en las emisoras y en la televisión. Ha llegado a acuñar centenares y centenares de noticias y entrevistas. Sus comentarios sobre su profesión y su trabajo exasperó a muchos de sus compañeros de oficio. Felipe Peña, uno de los mejores directores de doblaje, y maravilloso actor, no en vano lo dirigió en lo que a mí me parece el mejor trabajo que se ha hecho nunca en el mundo del doblaje: Becket. Decía que en ocasiones Rogelio se desmadraba por un descontrol en el tono de su voz. Pero apostó siempre por él, hasta el día que creyó que interpretaría un Peter O’Toole espléndido, y le dió el papel de Enrique II para enfrentarlo a Thomas Becket. Antes de iniciar la dirección de la película, llamó a Rogelio Hernández y manifestó “Rogelio, ahí tienes tu película para que puedas gritar a tu gusto”, esta anécdota contada por Felipe Peña, nos habla de que en muchas situaciones se le tenía que sujetar por mor de pasarse. Hoy hemos perdido al más conocido actor de doblaje, pero también encontraremos a faltar su voz cuando en la pantalla grande veamos a Jack Nicholson y no escuchemos su carismática voz. Estos días Rosa Guiñón, su esposa, y otra maravillosa voz de doblaje, añorará aquellos días que juntos en el atril nos hacían disfrutar y la ensoñación que nos trasladaba a nuestro sentidos, quedará rota para siempre. Un beso muy sentido para Rosa y otro, también, para su hija Rosa Mari Hernández, que prolonga la dinastía de los Hernández. Llegamos a discutir muchas veces, por qué tenías un carácter del diablo, pero se que en el fondo eras una persona familiar y muy querida en la profesión, eso basta para tenerte siempre en el recuerdo.

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