NO DIGAIS AL DIABLO QUE HA MUERTO SIDNEY LUMET
Henry Fonda decidió escoger a Sidney Lumet para “Doce hombres sin piedad”(1957), ya que concurría en él elementos de su trayectoria en el mundo de la televisión que no habían pasado desapercibidos. Era un conocedor extraordinario del mundo televisivo; en lo externo y en lo interno. Trabajaba rápido y bien, y eso convenía a los intereses económicos de Henry Fonda. Su peculiar tacañería sobresalía casi tanto como sus grandes recursos como gran actor, pese al hecho que Lumet reconoció que Fonda estuvo soberbio en su papel. (El coste del filme fue de 343.000 dólares y veinte días de rodaje). Reginald Rose se puso a su disposición siendo el co-productor y autor de la obra televisiva. Lumet sólo exigió una cosa, poder seleccionar a los actores que intervendrían en el filme. “Importante escollo”, le replicó Fonda. Éste quería un determinado elenco de actores, buenos y baratos. Sin embargo, Sidney Lumet sabía que sin buenos actores la película podría agarrotarse. Fonda, Rose y Lumet, tuvieron muchas alternativas, hasta el punto que Lumet dejó el proyecto y se fue a su casa. Finalmente, Henry Fonda y Reginald Rose, aceptaron todas las premisas de Lumet, al darse cuenta que el conjunto de actores previstos daban un equilibrio más aceptable que la realización que hiciera para televisión Franklin J. Schaffner, el 20 de septiembre de 1954, con Robert Cummings, Franchot Tone, Edward Arnold, Walter Abel, Norman Fell, Paul Hartman, etc. Así, Lumet, entraba en el mundo del largometraje por la puerta principal.
Imbuido de una clara concienciación social, característica del grupo de la generación televisiva, a Lumet le costó encontrar el camino elegido, al adaptar obras teatrales de Akins, Williams, Miller, O’Neill con resultado desigual. Es a través de “El prestamista” que recobra su inspiración al ofrecer un punto de vista sobre aquellos que han vivido una penosa experiencia con el holocausto. “La colina”, una interpretación antimilitarista auspiciada por brillantes actores británicos, para más tarde repasar con distintos resultados films que consolidan una carrera independiente y sin ataduras con las majors, hasta llegar a la que para mi me parece su mejor filme: “Network” (1976), un espectacular diorama en la que afloran todos los males que una cadena televisiva norteamericana ofrece a su telespectadores y que se adelanta a su tiempo a lo que es actualmente la televisión de nuestros pecados. Brillante disección, con un guión extraordinario de Paddy Chayefsky (no en vano su trayectoria estuvo ligada siempre a la televisión), de las tripas de un canal que pierde audiencia y que unos directivos sin escrúpulos intentan levantar. A destacar que Lumet y Chayefsky se anticiparon en más de treinta años a la situación que podemos ver todos los días en nuestros hogares.
Fue un director notable y pleno de recursos, a pesar de que no se consideraba un intelectual. Su trabajo como realizador estuvo implicado en lo especifico cinematográfico: los movimientos de cámara, el montaje, la interpretación (trabajó con los más grandes: Brando, Newman, Fonda, Connery, Katharine Hepburn, Richardson, Steiger, Mason, Pacino, Finney, Bacall, Ingrid Bergman, Holden, Dunaway, Burton, Duvall, Finch, Caine y muchos de ellos en varias ocasiones), con el guión confiaba en sus escritores y resolvía con acierto los problemas que se derivaban en la escritura. En los últimos tiempos se sentía desilusionado al comprobar que su mundo se desmoronaba y encontraba a faltar a los viejos prohombres que hicieron del cine un arte respetable por el público y la crítica.
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